miércoles, julio 17, 2013

Historias de Medina Sidonia (V)

Santiago Matamoros,  ático del retablo de la ermita de Santiago del Camino o de los Santos Mártires de Medina Sidonia

La leyenda del alcaide Ruy Fernández (II)

La historia del alcaide Ruy Fernández no aparece en la crónica de Enrique de Trastámara (Enrique II de Castilla), que forma parte de las Crónicas de los reyes de Castilla compuesta por su fiel Pero López de Ayala (ed. corregida y anotada por Jerónimo Zurita y Eugenio de Llaguno, Madrid, Antonio de Sancha, 1779-1780); ni la hemos hallado en otras fuentes de la época. Ello nos hace pensar que Pedro de Medina (1493 - Sevilla, 1567), quizá nacido en la propia Medina Sidonia, protegido de los duques de Medina Sidonia y tutor desde 1520 de Juan Claros Pérez de Guzmán, conde de Niebla y heredero del VI duque (aunque muerto antes que su padre), contase con un repertorio de testimonios orales o escritos, hoy desconocidos, a partir de los cuales pudo componer su narración. Habría que considerar también la posibilidad de que nuestro polígrafo renacentista buscase prestigiar las hazañas de las villas y ciudades pertenecientes al ducado, y con ello a sus patronos, pues no son pocas las exageraciones que hallamos en su Libro de las grandezas y cosas memorables de España, donde la historia de estas poblaciones ocupa un lugar no desdeñable. Ocasión habrá de volver a ello.

La leyenda de Ruy Fernández (o Hernández) se incorporó a la tradición local asidonense, y así la encontramos repetida en un escrito anónimo del siglo XVII en el que se refieren las apariciones del apóstol Santiago en Medina (uid. “Un documento inédito sobre la aparición del apóstol Santiago en Medina Sidonia y el origen de su patronazgo sobre la ciudad”, El Barrio (2013), en prensa). En él se dice:

Reinando Don Enrique 2º, era alcaide y Capitan del castillo de Medína Sidonia Rui fernandes, el qual (viendose pobre y que no les embiava el Rey socorro) quito por fuerça a un Pagador suyo el dinero que llevava a la jente de Gibraltar de poco tiempo restaurada; y aquella misma noche que el pagador se alojo en Medina llegaron corriendo la tierra (con Presa de ganado y otras cosas que avian Robado en el camino de Xerez) un esquadron de moros de Ximena y Ronda Pusieron su Real de sobre tarde en los Prados de Medina cerca de la Hermita de Santiago del camino: Juntó el alcaide aquella misma noche la gente que pudo que serian hasta ochenta de a cavallo y Partidos en dos esquadras acometieron a los moros Por dos Partes antes del dia, invocando al santo Apostol santiago con cuio Patrocinio amedrentados los moros huieron. quedando muertos en el campo trezientos de ellos dizesse Por tradicion que muchos moros que Hallaron vivos affirmavan no temian/ a los cristianos que eran Pocos sino a un cavallero de armas y Cavallo blanco que los matava y espantava. El alcayde hizo llevar las 300 cabeças de moros en azemilas A Sevilla donde assistía el Rey, y viendolas. no solo Perdono el averle tomado el dinero mas dio a Medina un Previlegio amplissímo: y otras mercedes que les hizo deste caso se infiere claro que 80 ni 100 hombres no avian de poner miedo y vencer a mill, que serian los moros sino fueran socorridos de fuerça superior y divina que fue El santo Apostol; Pues de que fuessen los moros esquadron de mill o casi veesse claro Pues yendo de huida quedaron muertos 300 de ellos.

Se añade en este nuevo relato que el escuadrón de moros procedía de Jimena y de Ronda; que acampó en los prados cercanos a la ermita de Santiago del Camino, donde se produciría la batalla; que las tropas cristianas invocaron al apóstol Santiago antes de trabar combate; y que, según la tradición, los moros que quedaron derrotados en el campo hablaban de la aparición de un jinete sobre un caballo blanco que les infundió gran pavor (evidentemente, el Santo Apóstol).

La leyenda de Ruy Fernández se mistificaba, pues, con añadidos que la adaptaban a una nueva necesidad ya que el documento en cuestión forma parte probablemente de un informe eclesiástico mediante el que se pretendían alcanzar indulgencias en Roma para la ermita de Santiago del Camino o de los Santos Mártires.

miércoles, julio 10, 2013

Historias de Medina Sidonia (IV)


File:Campanahuesca.jpg
La campana de Huesca, José Casado del Alisal (1880), Ayuntamiento de Huesca

La leyenda del alcaide Ruy Fernández (I)

Tras la definitiva recuperación de Medina Sidonia de manos musulmanas  en 1264 por parte del rey Alfonso X, su fortaleza se convirtió en bastión principal de la frontera. El rey Sabio y sus sucesores procedieron a repartir casas, tierras y privilegios entre los nuevos moradores quienes, sin embargo, vivieron todavía durante muchos años en la incertidumbre, viendo a menudo atacados y asaltados sus campos por las correrías de los moros.

Cuenta Pedro de Medina en su Libro de grandezas y cosas memorables de España, publicado en Sevilla por Dominico de Robertis en 1548, el episodio acontecido al alcaide del castillo de Medina Sidonia Ruy Fernández quien, viéndose agobiado por la situación de aislamiento en que se encontraba, no dudó robar a un pagador del rey Enrique II (1333-1379) el dinero que había destinado a los defensores de Gibraltar. Sucedió que en aquellos días los campos asidonenses se vieron arrasados por un gran escuadrón moro, y el alcaide aprovechó, a pesar de encontrarse en desventaja, para sorprenderlo y abatirlo, de suerte que quedaron en el campo más de 300 enemigos muertos cuyas cabezas mandó cortar Ruy Fernández para llevárselas como presente al rey Enrique, por quien había sido llamado para ser reprendido.

Dibujo idealizado de la ciudad de Medina Sidonia, xilografía que ilustra el Libro de grandezas y cosas memorables de España de Pedro de Medina
El texto que ofrecemos está tomado de la impresión de la obra realizada en Alcalá de Henares por Pedro de Robles y Juan de Villanueva en 1566 (mantenemos la ortografía y puntuación originales).


En tiempo del rey don Enrrique teniendo esta Ciudad vn alcayde y capitan que se llamava Ruy Hernandez con ochenta lanças de guarnicion para la defender de los moros de la comarca del reyno de Granada fue assi que passando por esta ciudad vn pagador del rey con cierta paga para los de Gibraltar. Este Ruy Hernandez y los suyos teniendo gran necessidad para su proveimiento porque auia  dias que no los pagauan tomo la paga de Gibraltar y repartiola por los suyos contra la voluntad del pagador. El qual se vino a quexar al rey que entonces estaua en Seuilla. El rey lo mando llamar. Acontecio assi que vn dia antes que el capitan partiesse, entraron a correr mucha cantidad de moros y passando por junto a Medina. El capitan sobre dicho mando  que ninguno saliesse, ni hiziesse muestra. Los moros se boluieron y assentaron aquella noche cerca de la Ciudad: estando muy descuydados, assi por ser ellos muchos como porque nadie auia osado  salir a ellos. Ruy Hernandez aquella noche mando a los suyos adereçarse y cerca del alua salio de la ciudad con su gente en muy buen orden: y llegando al lugar donde los Moros estauan. Repartio los suyos y dio sobre los moros por dos partes, y como los tomo de sobre salto y los moros viessen que por dos partes eran acometidos creyeron ser mucha gente; y assi començaron luego a huyr, los christianos siguiendo el alcance mataron muchos dellos. El capitan y los suyos boluieron al lugar donde fue la primera matança y mando el capitan cortar las cabeças a todos los moros muertos, y hizo venir de la ciudad muchas Azemilas y otras bestias con serones, las quales mando cargar de las cabeças de los moros en que auia mas de trezientas: y con ellas se puso en camino para Seuilla y entrando en el Alcaçar donde el Rey estaua mando descargar las cabeças en vn patio y subio donde el Rey estaua y dixo a vn portero que dixesse a su alteza que el capitan de Medina estaua alli, el rey lo mando entrar y le pregunto que porque auia tomado el dinero al pagador. El capitan respondio que suplicaua a su alteza tuuiesse por bien pararse a la ventana: y desque viesse lo que en el patio estaua el responderia. el Rey lo hizo assi: y desque vido tantas cabeças de hombres fue espantado, y pregunto que cosa era aquella: entonces el capitan respondio. Señor estas cabeças son de moros y para sustentar los que esto hazen tome yo el dinero de vuestra alteza para que ellos y yo nos pudiessemos sostener. El rey holgo mucho de lo que Ruy Hernandez dixo y le mando proueer muy bien y le hizo muchas mercedes.   

martes, julio 02, 2013

Hécate

Hécate luchando contra los Titanes, copia de un fragmento del relieve del Altar de Pérgamo, Jesús Romero (2010), terracota patinada (60 x 43 cm)

Himno a Hécate (Himnos órficos)

A Hécate guardiana de caminos llamo,
Frecuentadora de encrucijadas, amable,
Celeste, terrena y marina,
De azafranado peplo,
Fúnebre, que entre las almas de los muertos delira,
Hija de Perses,
Amiga de la soledad,
Que goza con los ciervos,
Noctámbula,
Protectora de los perros,
Invencible reina,
Devoradora de fieras,
Desceñida,
De irresistible figura,
Honrada con sacrificios de toros,
Soberana clavera de todo el mundo,
Muchacha capitana,
Nutridora de jóvenes,
Montaraz,
Suplicando a esta doncella que asista a los rituales sagrados
Siendo bondadosa con el boyero,
De corazón siempre contento.
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