viernes, noviembre 11, 2011

Medina Sidonia y los toros

Febrero de 1915. Juan Belmonte torea una "encerrona" en Medina Sidonia

Retrato de Belmonte en plata, Ignacio Zuloaga (1924). Colección Zuloaga, Zumaya
En el número de 15 de febrero de 1915, el semanario taurino Thé kon Leche. Krónika Taurómaka, revista fervientemente antibelmontista fundada por el crítico Curro Castañares,  insertaba en la sección de recortes la siguiente gacetilla aparecida en El Heraldo de Madrid:

San Fernando.- En el tren expreso llegaron a esta ciudad los hermanos Belmonte, quienes siguieron en automóvil a Medina Sidonia.
A consecuencia del entusiasta recibimiento que se les hizo, muchos creyeron que había llegado el ministro de Marina.

Los Belmonte se habían dirigido a Medina para torear en una “encerrona” que iba a celebrarse a beneficio de los ancianos de la ciudad en la finca de Julio Roldán y con ganado de Luis Lara Sánchez. Este festejo tuvo lugar el viernes 12 de febrero, como bien reza el cartel que tomamos del libro de Miguel Roa Guzmán, Medina Sidonia, más de un siglo en imágenes (Medina Sidonia, Puerta del Sol, 2006)



Juan Belmonte García, el “Pasmo de Triana” (1892-1962), era en este momento la gran sensación en los ruedos del país, donde quedaban admirados con su toreo nuevo, valiente y arriesgado. Tras un triunfo apoteósico en 1912 en su debut con caballos en la Real Maestranza de Sevilla, había tomado la alternativa en Madrid el 16 de septiembre de 1913 de manos de Machaquito y ante Rafael el Gallo, hermano mayor de Joselito. Enseguida surgió una gran rivalidad entre los partidarios de este último y los del de Triana: eran el toreo ligado por naturales frente al citar de frente, cargando la suerte y obligando al toro en su trayectoria; la rectitud y la perfección de la lidia frente a la intensidad dramática de la quietud. Gallistas y belmontistas discutían en plazas, prensa y cafés, pero ansiaban verlos juntos en los cosos. Los dos diestros, por su parte, eran grandes amigos y se afanaron en aprender el uno del otro. No se trata aquí de trazar ni un bosquejo de personaje tan estudiado y tan crucial en la historia del Toreo, sólo diremos que la temporada de 1917 está considerada como la más brillante de la carrera de Juan Belmonte, y que continuó toreando, con alguna retirada momentánea de por medio, hasta el inicio de la Guerra Civil.

Juan Belmonte da la alternativa a su hermano Manuel
Por lo que se refiere a su hermano Manuel, que era quien le acompañaba a Medina Sidonia (también José fue torero), contaba en este momento apenas 15 años, ya que había nacido en el mes de octubre de 1899, y estaba dando sus primeros pasos en la profesión, de la que su hermano Juan había intentado alejarlo preocupándose por que recibiera una esmerada educación primaria. Pero como pudo más su vocación, a Juan no le quedó otra que apoyarlo, así que habitualmente lo llevaba a las tientas, capeas y festejos menores que se celebraban en las cercanías de Sevilla. Manuel destacaría pronto con su cuadrilla de niños toreros y atrajo la atención de los aficionados, siendo frecuentes sus mano a mano con el también joven sevillano José Blanco “Blanquito”. Apodado "Belmonte II", comenzaría a ir por libre en la temporada de 1917; debutó en Madrid como novillero en junio de 1918; y tomó la alternativa en Alicante el 2 de febrero de 1919, contando como padrino con su propio hermano y, como testigo, con Diego Mazquiarán Torrontegui “Fortuna”. Fueron buenos sus primeros años de matador, en los que se anunciaba en los carteles como "Belmontito", pero pronto se vio eclipsado por las figuras del momento, y decidió cortarse la coleta en 1925. Murió en 1956.


Completarían el paseíllo en Medina Sidonia el banderillero José Riaño Díaz "Riañito", que tantos años sería asesor de la presidencia en la Maestranza de Sevilla, y el matador Francisco Posada Carnerero (1893), a cuya cuadrilla perteneció algún tiempo "Riañito". Curro Posada, sevillano como los Belmonte, era hermano de Faustino Posada, muerto tras terrible cornada de un miura en la tráquea en la plaza de Sanlúcar de Barrameda (1907), y había tomado la alternativa en el coso de La Misericordia de Pamplona en los “sanfermines” de 1913. En lo mejor de su carrera, en 1914 toreó 54 corridas; en 1915, 49; y en 1916, 41. En el año 17 sufrió una cogida que le desfiguró el rostro, y se agudizaron problemas psicológicos que arrastraba, viéndose obligado a ingresar en un nosocomio. Volvió a las plazas, pero ya nada fue como antes: en 1927 sólo toreó ocho corridas.

Francisco Posada Carnerero
El 16 y el 17 de febrero de 1915 el periódico La Correspondencia de España, en sus ediciones para Madrid y para provincias, insertaba la siguiente crónica del festejo celebrado en Medina Sidonia bajo el título “Una encerrona. Posada y los Belmontes ”.

CADIZ. (Martes tarde). En Medina Sidonia, en la finca de Julio Roldán, se ha celebrado una encerrona a beneficio de los ancianos.
Lidiose ganado de don Luis Lara Sánchez.

En el primero, Posada veroniquea por navarras y gaoneras. Luego pone dos pares, y uno Riañito. Posada muletea admirablemente tocando los pitones; remata con una estocada monumental que hace innecesaria la puntilla. (Ovación).

En el segundo, Juan Belmonte lancea de un modo estupendo, produciendo un verdadero delirio. Luego pone un par magnífico, y Posada y Riañito, uno cada uno. Belmonte da pases de pecho, naturales, de molinete, rozándole los pitones. (Ovación). Atiza luego un buen pinchazo. (Palmas). Más pases y una estocada buena. (Ovación).

En el tercero, lancea Posada, que luego, así como Belmonte, coloca un par de frente con artística preparación. (Palmas). Posada muletea escuchando olés y da pases de rodillas, naturales, de pecho, de molinete y larga media lagartijera en los rubios, y descabella a pulso. (Ovacionaza, prendas de vestir, orejas y vuelta al ruedo).

En el cuarto, Belmonte veroniquea con los pies clavados, produciendo entusiasmo indescriptible. Pone luego tres pares. Riañito coloca uno. (Palmas). Belmonte está colosal con la muleta, dando pases de molinos estupendos. Luego agarra más de media, y el bicho rueda sin puntilla. (Ovación delirante).

En el quinto, Manolito Belmonte está pesado pero valiente. Ejecuta verónicas y faroles, y una magnífica revolera, impropia de sus pocos años. (Ovación). Luego pone un par en las péndolas, oyendo una ovación.

En el sexto, Juan Belmonte pone un par al cuarteo, y Posada otro cambiado, ambos monumentales. Manolito Belmonte pasa valiente tocando el testuz. (Ovación). El torete se arranca, y Belmonte se libra dando un pase obligado de pecho, rozándole los pitones. (Ovación). Entra bien y deja una que basta. (Oreja y ovación).

Los tres diestros son sacados en hombros y paseados así por las calles céntricas de Medina Sidonia.


Vídeo subido por toreromarchena. Muchas gracias.

Cossío, José María de, Los Toros, Madrid, Espasa Calpe, 1995.
http://mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=belmonte-garcia-manuel
http://penataurinapacorro.blogspot.com/p/alternativas-en-alicante.html
http://portaltaurino.com/matadores/fran_posada.htm
http://www.galeon.com/anilo/toreo/Belmonte.htm

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