lunes, septiembre 26, 2011

Ártemis y Acteón (III)


http://www.britishmuseum.org/research/search_the_collection_database/search_object_image.aspx
 El mito en las artes plásticas
Entre las representaciones más notables de la historia de Ártemis y Acteón en el mundo romano contamos esta escultura marmórea del siglo II d. C., probable copia de un conjunto helenístico, encontrada en la villa de Antonino Pío en el monte Cagnolo (Lazzio), que hoy guarda el British Museum. El joven, cubierto con la piel de un ciervo, muestra una incipiente cornamenta e intenta zafarse del ataque de sus perros. Restaurada en el siglo XVIII y adquirida por el museo en 1805, la rigidez del gesto y el cuello desentona bastante con el movimiento del cuerpo.
Como relieve decorativo encontramos nuestro asunto en sarcófagos, como en este frontón que sirve de cubierta a uno procedente de Tarquinia (Museo Arqueológico de Florencia) datado entre el 370 y 360 a. C.

http://www.iconos.it/index.php?id=2127
O en urnas cinerarias, como ésta que se halla en el Museo Etrusco Guarnacci, de Volterra.


http://pepetoideas.blogspot.com/2010/10/volterra-el-corazon-de-la-toscana.html
El Museo Nacional de Nápoles guarda una plaqueta de terracota de origen griego (isla de Melos probablemente) datada en el siglo V a. C., que formaba parte de una caja de madera empleada también como urna. 

http://museoarcheologiconazionale.campaniabeniculturali.it/itinerari-tematici/galleria-di-immagini/RA216?page=113
El mito de la diosa sorprendida durante su baño sirvió con frecuencia para la decoración de fuentes, peristilos y cubicula, ya en forma de mosaico ya en forma de pintura.
De entre los mosaicos destacan el de la Casa del cortejo de Venus de la ciudad de Volubilis (Marruecos), donde la diosa Ártemis-Diana aparece entrando en una especie de pila de agua que se desborda, surtida por una fuente con forma de grifo. Sobre la ninfa de la derecha, que se lava un pie, aparece la pequeña figura de Acteón, casi perdida. La obra es seguramente de la primera mitad del s. III d. C. (José María Blázquez Martínez, "Mosaicos de tema marino en Siria, Israel. Jordania, Norte de África, Hispania y Chipre", en web Antigua: Historia y Arqueología de las civilizaciones).

http://www.worldvisitguide.com/oeuvre/photo_ME0000137331.html
Acteón devorado por sus perros aparece en un medallón de un mosaico del siglo III d. C. de la Casa de las Fuentes de Conimbriga (Portugal).

Foto de Maria do Ceu Martins. http://www.flickr.com/photos/29804570@N08/5255111946/
En una fuente de Timgad (Argelia), de finales del siglo IV o comienzos del V, el artista representó el rostro del curioso Acteón reflejándose en el agua mientras Ártemis, sorprendida, cubría su sexo.

http://terra.antiqua.free.fr/fleuves_lacs.htm
En el cubiculum principal de la villa romana de Carranque (Toledo), construida en la segunda mitad del siglo IV, encontramos un mosaico donde se combinan en torno a la imagen central de una divinidad femenina los bustos de Diana, Atenea y Hércules (en las esquinas) y las escenas mitológicas que representan el rapto de Hilas, la historia de Aminoide y Neptuno, la de Píramo y Tisbe, y la que nos trae. Una cartela identifica este habitáculo como el dormitorio de Materno.


Ártemis en el baño, acurrucada cerca de una fuente, desnuda y provista de joyas y una diadema de perlas, rodeada de cuatro ninfas y sorprendida por Acteón, que aparece ya provisto de cuernos tras unos arbustos a la izquierda de la escena, es el motivo de uno de los mosaicos que guarda el Museo de Shahba (Siria) procedentes de la ciudad renombrada Philippopolis en el siglo III de nuestra era por el emperador Filipo el Árabe, originario de la región.
http://www.aly-abbara.com/histoire/Mythologie/Grece/images/Artemis_Syrie_Chahba.html
Entre las pinturas, probablemente sea la más destacada la que se encuentra en el jardín de la Casa de Salustio de Pompeya, de autor anónimo del siglo I d. C. Mural al fresco del llamado IV estilo, muestra dos escenas: la del joven que espía a la diosa desde lo alto de la gruta donde se halla la fuente en que ésta se está bañando, y la del ataque de los perros.


http://www.iconos.it/index.php?id=2131

Una delicada pintura monócroma en verde, trasladada a las Reales Caballerizas de Portici en 1756 y hoy en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, presenta a Diana cazadora seguida de un perro acercándose a un santuario, del cual se aleja Acteón, sobre cuya cabeza ya despunta la cornamenta.


El Museo de Nápoles guarda también esta otra pintura mural procedente de Pompeya.


domingo, septiembre 25, 2011

Medina Sidonia en la Guerra de la Independencia (XVIII)


Aquí van algunas direcciones de librerías y distribuidoras que están vendiendo en la red el libro Medina Sidonia durante la Guerra de la Independencia (1808-1814). Mi agradecimiento a todas ellas.

http://www.todostuslibros.com/libros/medina-sidonia-durante-la-guerra-de-la-independencia-1808-1814_978-84-615-1402-1

http://www.agricolajerez.com/medina-sidonia-durante-guerra-independencia-1808-1814-tomos-i-ii

http://www.libreriaproteo.com/libro-825606-2-VOLS-MEDINA-SIDONIA-DURANTE-LA-GUERRA-DE-INDEPENDENCIA-18081814.html

http://www.grupoquorum.com/ver_libros.php?MATERIA=9000310

domingo, septiembre 18, 2011

Ártemis y Acteón (II)

El mito en las artes plásticas


Acteón devorado por los perros, Museo Arqueológico de Palermo, http://scherminator.com/italy/sicily/archeologico/archeologico.html

Quizá una de las representaciones más antiguas que conservamos de la historia de Ártemis y Acteón sea la contenida en una de las metopas del templo E de Selinunte (h. 460-450 a. C.), que guarda hoy el Museo Arqueológico de Palermo. El edificio, enclavado en la colina oriental de la ciudad, se tiende a identificar con un heraion y fue levantado sobre los restos de otros dos anteriores. Períptero y hexástilo, de estilo dórico, parece tener sus modelos en el templo de Zeus de Olimpia y el propio Partenón de Atenas, aunque su fábrica es de piedra calcárea.
En el templo E de Selinunte, 1 de agosto de 2011
Las cuatro metopas que de él se conservan representan a Atenea luchando contra el gigante Encélado, el combate de Heracles con la reina de las amazonas, las nupcias de Zeus y Hera y el mencionado mito de Acteón, inspirado en la versión que nos ofrece el poeta Estesícoro (fr. 236), según la cual Acteón no es transformado en ciervo sino que la diosa Ártemis le arroja encima una piel de este animal y azuza a los perros para que lo devoren con el objeto de evitar que cortejara a Sémele.

Según se viene desde Mégara, hay a la derecha una fuente y un poco más allá una roca llamada el lecho de Acteón, porque sobre ella dicen que dormía cuando estaba cansado de la caza, y dicen que en la fuente es donde vio bañarse a Ártemis. Estesícoro de Hímera escribe que la diosa envolvió a Acteón en una piel de ciervo para que le matasen los perros y no llegase a casarse con Sémele.
Yo creo que los perros de Acteón sin necesidad de la diosa fueron atacados de la rabia, con lo cual enloquecen y no conocen, y atacan al primero que se encuentran.
(Pausanias, Descripción de Grecia 9, 2, 3. Trad. Antonio Tovar)

Frente a las metopas de otros templos de Selinunte, aquí encontramos una anatomía realista, y ha desaparecido la típica sonrisa de las esculturas arcaicas. La escena contrapone la inmovilidad de la diosa a la agitación del héroe.

La historia de la muerte de Acteón aparece también frecuentemente en la cerámica de figuras rojas, donde ya encontramos la transformación en ciervo desde el siglo V a. C.

Acteón devorado por sus perros, crátera (h.  390-380 a. C.), British Museum

 Ártemis y la muerte de Acteón, crátera (h. 470 a. C.) Museo de Bellas Artes de Boston

Acteón atacado por sus perros y ninfa en su fuente (h.  350 -340 a. C.), Museo de la Universidad de Harvard

Acteón transformado en ciervo, atacado por sus perros (h. 400-350 a. C.), Badisches Landesmuseum, Karlsruhe


Acteón devorado por sus perros, crátera, Museo del Louvre


Acteón devorado por sus perros, vaso, Museo de Bellas Artes de Boston

sábado, septiembre 10, 2011

Acteón y Ártemis


Diana y Acteón, Tiziano. Galería Nacional de Escocia

Refiere Ovidio en sus Metamorfosis (III, 138-252) que, estando la diosa Ártemis bañándose en compañía de las ninfas de su cortejo en un bosque del valle Gargafia, topó casualmente con la deliciosa escena el joven Acteón, hijo de Aristeo, nieto del rey Cadmo de Tebas y diestro cazador, que había dado por finalizada una cacería con el sol de mediodía. Al ver al muchacho, las ninfas, desnudas como estaban, comenzaron a golpearse los pechos y a dar alaridos mientras intentaban ocultar el cuerpo de la diosa virginal, presa del rubor.

Qui color infectis aduersi solis ab ictu
nubibus esse solet aut pupureae Aurorae,
is fuit in uultu uisae sine ueste Dianae…

No pudiendo alcanzar al intruso con sus flechas, Ártemis sacudió agua contra su rostro y, acto seguido, de la cabeza de Acteón brotó la cornamenta de un longevo ciervo, y todo su cuerpo se fue transformando en dicho animal:

Dat sparso capiti uiuacis cornua cerui,
Dat spatium collo summasque cacuminat aures
Cum pedibusque manus, cum longis bracchia mutat
Cruribus et uelat maculoso uellere corpus...

Huye Acteón al ver reflejada su nueva imagen en el agua sorprendiéndose de su repentina velocidad; y cuando quiere articular palabras, salen de su boca mugidos. Derramando lágrimas se preguntó entonces qué podía hacer, si volver a palacio o internarse en los bosques; y en tanto, sus propios perros lo descubren. Incapaces de reconocerlo, se precipitan sobre su amo en desenfrenada carrera por riscos y peñascos hasta que al fin le dan alcance. Sus compañeros de caza, desconocedores de lo sucedido, llaman a Acteón para que asista al espectáculo de la captura de la inesperada presa, pero éste no llega. La cólera de Ártemis no quedó saciada hasta ver devorado al ciervo.

Perdido su dueño, la jauría no cesó de buscarlo hasta llegar a la casa del centauro Quirón, que había enseñado al mozo el arte de la caza y que, para consolar a los canes, modeló una estatua con la imagen del muchacho. Cuentan algunos que su muerte no fue propiciada por Ártemis sino por el propio Zeus, quien lo castigó por robarle el amor de Sémele. Y otros que Ártemis, diosa ella misma de la caza, envidiaba las habilidades cinegéticas de Acteón. 

En 1844 Jules Perrot creó el ballet Esmeralda, inspirado en la obra de Víctor Hugo Nuestra Señora de París, popularmente conocida como El jorobado de Notre Dame. Una versión de 1886 agregó a la obra varios "bailables", entre ellos el pas de deux de Diana y Acteón, que pretende hacernos ver la rivalidad entre la diosa y el héroe. He encontrado estos vídeos de una representación en la que Rudolf Nureyev parece flotar en cada salto. 



domingo, septiembre 04, 2011

Orfeo (II)

"Orfeo por su mujer", de Francisco de Quevedo

Aunque a sus 54 años se desposara con doña Esperanza de Mendoza, señora de Cetina, viuda cincuentona con hijos, por aquello de guardar las formas en la Corte y animado por el Duque de Medinaceli (y su esposa), de todos era conocida la aversión del poeta Quevedo al matrimonio, que manifiestó tanto en sus escritos en prosa ("Siempre fui, señor licenciado, de opinión que a los hombres que se casan los había de llevar la iglesia con campanillas delante, como a los ahorcados") como en verso ("Hastío de un casado al tercero día", "Dime por qué, con modo tan extraño", "Boda de negros", "Boda de matadores y mataduras", "Epitalamio en las bodas de una viejísima viuda... y un beodo soldadísimo de Flandes con calva oiginal"...). De hecho, el misógino don Francisco no tardó más que dos meses en separarse de su mujer. La sátira contra el matrimonio contaba con una amplia tradición en el Medievo y el Renacimiento italiano, aunque uno de los textos más leídos en España sobre el tema fue la sátira VI del poeta romano Juvenal donde, lógicamente, no faltan los ejemplos de la mitología. Originalísima resulta la visión del mito de Orfeo y Eurídice que, desde esta perspectiva, nos ofrece Quevedo.

Orfeo por su mujer
cuentan que bajó al Infierno;
y por su mujer no pudo
bajar a otra parte Orfeo.

Dicen que bajó cantando;
y por sin duda lo tengo;
pues, en tanto que iba viudo,
cantaría de contento.

Montañas, riscos y piedras
su armonía iban siguiendo;
y si cantara muy mal,
le sucediera lo mesmo.

Cesó el penar en llegando
y en escuchando su intento:
que pena no deja a nadie
quien es casado tan necio.

Al fin pudo con la voz
persuadir los sordos reinos:
aunque el darle a su mujer
fue más castigo que premio.

Diéronsela lastimados;
pero con ley se la dieron
que la lleve y no la mire:
ambos muy duros preceptos.

Iba él delante guiando,
al subir; porque es muy cierto
que, al bajar, son las mujeres
las que nos conducen, ciegos.

Volvió la cabeza el triste:
si fue adrede, fue bien hecho;
si acaso, pues la perdió,
acertó esta vez por yerro.

Esta conseja nos dice
que si en algún casamiento
se acierta, ha de ser errando,
como errarse por aciertos,

Dichoso es cualquier casado
que una vez queda soltero;
mas de una mujer dos veces,
es ya de la dicha extremo.

jueves, septiembre 01, 2011

Antonio López

En este vídeo ofrecido por la web del Museo Thyssen, Guillermo Solana nos habla de la exposición de Antonio López que está teniendo lugar en Madrid y que durará hasta el 25 de septiembre. No faltéis si tenéis la oportunidad, pero es conveniente que reservéis la entrada con antelación.
(Pinchad sobre el título para verlo)

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