viernes, febrero 13, 2009

Thebussem (III)


"Thebussem y el castillo de Medina Sidonia"

Diario de Jerez, 8-10-2005
Jesús Romero Valiente


El 28 de abril de 1861 Mariano Pardo de Figueroa, Doctor Thebussem, remitía a la Real Academia de la Historia, de la que era correspondiente en Cádiz, su manuscrito Planos y noticias del Alcázar y Castillo de la ciudad de Medina Sidonia (R.A.H. Ms. 11-2-6-383), ensayo del frustrado proyecto que pretendía ocuparse de estudiar las torres y fortalezas más antiguas de nuestra provincia. La copia autógrafa, firmada el 28 de mayo del mismo año, que constituía el volumen 22 de su colección de Libros, papeles y apuntes relativos a la ciudad..., se halla hoy en la Biblioteca Nacional de Madrid (Ms. 23.084). Esta obra, cuyo plan y método aprobó la Academia según el autor, es la única monografía existente sobre la fortaleza asidonense, ya arruinada y objeto de expolio continuo en ese tiempo: “Dentro de pocos años sólo existirá el sitio de las ruinas que hoy vemos porque a su total destrucción convida el aprovechamiento de las toscas piedras que la forman; con pena y sin sorpresa escuchamos los golpes de la piqueta que las demuelen, y decimos sin sorpresa porque en la presente época han corrido análoga suerte la Cartuja de Jerez de la Frontera y las venerandas ruinas de Itálica”. A la “Advertencia” inicial, en la que Thebussem incluye una larga cita de las Ilustraciones de la Casa de Niebla de Barrantes Maldonado y el dibujo de la ciudad que éste incorporó a su crónica en 1541, testimonios fundamentales para su propósito, sigue la descripción de los restos del alcázar y del castillo (pp. 10-23), que debe cotejarse con los planos ofrecidos al final del escrito. Se ocupa con detenimiento del llamado Torreón de Doña Blanca o del homenaje, donde se sitúan la prisión y muerte en 1361 de la esposa del rey Pedro I y el trágico episodio vivido por doña Catalina de Villavicencio cuando recibió el cadáver de su hijo, el alcaide Basurto, de manos de Pedro de Vera, capitán de las tropas que ganaron la fortaleza para el Conde de Arcos en menoscabo de su propietario el Duque de Medina Sidonia durante las “banderías” de finales del s. XV. Recoge el autor los testimonios en que se mencionan los diversos usos dados a algunas estancias o las demoliciones realizadas hasta la definitiva, que siguió a la ocupación francesa entre 1810 y 1812. En las “Noticias” subsiguientes (pp. 24-45) se refiere a la situación geográfica del recinto, a los materiales de su construcción, al paisaje que se avista desde el mismo... y teoriza sobre la época de su fundación. Unas jugosas “Notas” (pp. 47-70) completan con datos documentales y bibliográficos, y con apuntes sobre las puertas y murallas de la ciudad, las opiniones vertidas por el erudito. Corresponde a los historiadores de hoy y a los arqueólogos que actualmente llevan a cabo las esperadas excavaciones en el castillo de Medina solventar las imprecisiones y enmendar los errores del voluntarioso Thebussem, que en una muestra de humilitas confesaba carecer “de los conocimientos bastantes” para llevar a buen término su empresa.

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