sábado, enero 31, 2009

Thebussem (I)

“Thebussem santiaguista”

Jesús Romero Valiente
Diario de Jerez, 19-02-2005


En 1888 Mariano Pardo de Figueroa, el sin par Doctor Thebussem (anagrama “germanizado” de embustes), bibliófilo, académico, filatélico, gastrónomo, ya célebre literato... y siempre apasionado estudioso de El Quijote, solicitaba el ingreso en la Orden de Santiago junto con sus hermanos Francisco de Paula y Rafael, ambos prestigiosos marinos. A estas alturas de la historia la pertenencia a una orden militar no comportaba más que un signo de distinción dentro de la nobleza, pero para nuestro hidalgo, definitivamente asentado en su pueblo, portar la cruz sobre el pecho suponía asociarse a una amplia nómina de ilustres antepasados y vincularse en el tiempo con aquellos caballeros que tuvieron el castillo de su Medina Sidonia al poco de ser “reconquistada”. Una leyenda incluso presentaba a Santiago Matamoros acudiendo en defensa de los asidonenses, y, todavía hoy, la imagen del apóstol aparece en el escudo de esta ciudad. Era obligado para los aspirantes a la Caballería someterse a un proceso de examen con el fin de demostrar su limpieza de sangre y esclarecer la hidalguía de sus cuatro apellidos.
Con el fin de facilitar el trabajo de su amigo don Francisco Rafael de Uhagón y Guardamino, marqués de Laurencín y caballero de Calatrava, a quien Thebussem había pedido que se encargara de los trámites ante el Consejo de Órdenes y encabezara el “proceso de información” –quizá conviniera no hurgar con malicia en los datos–, el erudito asidonense redactó las Notas genealógicas que para tomar el Hábito de Santiago, presentaron Don Mariano, Don Francisco y Don Rafael Pardo de Figueroa, naturales de Medina Sidonia. En ellas recorre los méritos de sus ancestros Pardo de Figueroa, Serna, Manso de Andrade y Pareja; presenta los blasones familiares y perfila su genealogía. El cuadernillo se convirtió en un precioso libro poco después de que los pretendientes fuesen ordenados caballeros en la Iglesia de Santiago de su propia ciudad (13 de enero de 1889). Thebussem lo imprimió, con formato de cuarto, en las máquinas que tenía en su casa de la calle de Tapia y repartió la cuidadísima edición entre familiares y amigos. Constaba ésta de anteportada y portada (que lucían la cruz de la Orden, como en adelante apareció en el colofón de todas sus obras), pie de imprenta, la esperada dedicatoria al Marqués de Laurencín, un preámbulo que contiene sabrosas noticias sobre la ceremonia de ordenación, la biografía de los tres hermanos Pardo, el estudio genealógico de los cuatro apellidos –que incluye documentos varios sobre los personajes notables de cada familia desde el siglo XVII–, una bibliografía complementaria, la representación de los cuatro escudos de armas y, finalmente, el árbol genealógico. La obrita fue reeditada, en folio, a dos tintas, en papel fuerte de hilo y con bastantes retoques, en 1905 (Villanueva y Geltrú). Se añadieron sesenta páginas con noticias sueltas y anécdotas familiares que el autor había reunido a lo largo de años e incluso publicado con forma de artículo: el castizo escrito sobre la “Antigua casa de postas de Madrid”, la novelesca biografía del jinete y picador Pedro Yuste de la Torre, el relato “La caja de oro” protagonizado por el propio Thebussem...
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